LA ALFABETIZACIÓN DIGITAL COMO FACTOR DE INCLUSIÓN SOCIAL: UNA MIRADA CRÍTICA.
En este artículo se nos
habla de la alfabetización digital como medio de inclusión social.
Por un lado, situando
lo social y lo digital en contextos de exclusión se define la alfabetización digital
como “la capacidad para comprender y utilizar las fuentes de información cuando
se presentan a través del ordenador”. Con respecto a la exclusión social se
relaciona con la insuficiencia económica lo que según el texto implica
carencias en el ámbito de lo social y lo laboral, de lo educativo, de vivienda
y alojamiento, de sanidad y convivencia; en cambio la inclusión digital no
lleva a la inclusión social ya que el proceso de las TIC influye en la vida
diaria de las personas en especial en las personas que se encuentran en situación
y riesgo de exclusión. Los elementos claves de exclusión que cada vez se
conectan menos a Internet son los ancianos, amas de casa, parados y personas
que viven en áreas rurales.
El objetivo principal
de este artículo es el uso de las TIC ya que propone una interacción
democrática y crear nuevos modelos de desigualdad y nuevas formas de división.
Se nos hace una diferenciación entre los que usan con frecuencia Internet de
los que no lo hacen debido a las desigualdades económicas. Estos son personas procedentes
de minorías étnicas o inmigrantes con bajos ingresos. El papel clave de la “alfabetización
digital” se encuentra en la barrera educacional que existe ante el uso de las
TIC ya que lo que pretende es una sociedad más justa, solidaria y democrática
consiguiendo así la integración de todos los individuos no como consumidores ya
que lo que pretende una transformación de la sociedad para generar conocimiento
colectivo y compartido y no reproducir modelos existentes.
Por otro lado, desde
las aproximaciones metodológicas para el estudio de la alfabetización digital que
trata de analizar programas formativos cuya finalidad es identificar habilidades
mecánicas. Para el estudio se ha realizado una investigación para analizar la información.
Desde el punto de vista más crítico se dice que para la investigación se han
necesitado estudios previos para generar reflexiones y debates para poder
seguir investigando con el fin de conseguir una sociedad más justa y
equitativa.
Por último, se dice que
la inclusión digital no es supone una inclusión social sino una posible incorporación
al mercado laboral de las personas en riesgos de exclusión mediante la utilización
de las TIC. Además, la intervención de asistentes ofrece pocas oportunidades y
no favorece el uso de las TIC como elemento de inclusión social sino que
permiten avanzar hacia una sociedad inclusiva y justa.
En cuanto al diseño y ejecución
de los programas formativos se requiere evitar barreras (evitando lenguajes
sexistas, promover modelos de trabajo “aprender equivocándonos”, etc. También
podemos hablar instituciones públicas como las ONG que luchan por la igualdad
de oportunidades para las personas que se encuentran en situación o riesgo de exclusión.
Fuente:http://uocpapers.uoc.edu
Jose Luis Travieso
Jordi Planella